Hay otros mundos..., pero están en éste

"Hay otros mundos..., pero están en éste" (Paul Éluard)

"Aunque la calidad de vida depende de muchas cosas, hoy en día el acceso al ciberespacio es una de ellas. Y debería constituir un derecho de TODOS"


Las personas siempre habíamos tenido 2 mundos entre los que repartíamos nuestro limitado tiempo vital: el mundo real, entorno social tangible donde desarrollamos la mayor parte de nuestras actividades (alimentación, formación, trabajo, compras y gestiones, ocio, comunicación y relación social...), y el mundo de la imaginación, espacio íntimo de naturaleza "mental" en el que todo es posible y donde nos refugiamos a veces para soñar realidades y vivencias imposibles o simplemente para explorar posibilidades de actuación en nuestro entorno físico.

Los educadores sabemos muy bien la importancia que tiene estimular la imaginación de los estudiantes cuando queremos promover el desarrollo de personalidades más adaptables, creativas y equilibradas.

Ahora, desde hace poco más de 10 años, tenemos un tercer mundo a nuestro alcance, el ciberespacio o mundo virtual, que amplía nuestro campo de actuación y nuestras posibilidades de desarrollo personal a todos los niveles. El ciberespacio, construido a partir de las funcionalidades que ofrece la red Internet (páginas web, correo electrónico, chats...), es un mundo intangible de naturaleza "digital", que nos ofrece un nuevo entorno social a escala planetaria donde podemos desarrollar casi todas las actividades propias del mundo real: obtener información, estudiar, trabajar, comprar, comunicarnos y relacionarnos...

Además, aunque en el ciberespacio todas las sensaciones y percepciones están mediadas por artefactos (vemos a través de las pantallas, oímos mediante altavoces, tenemos sensaciones táctiles a través de guantes de datos, etc.), algunas de sus funcionalidades mejoran con mucho lo que podemos esperar en el mundo real. Por ejemplo, en el mundo virtual no hay distancias, y en cualquier momento y lugar podemos acceder a casi toda la información del mundo y comunicarnos (en tiempo real o diferido) con cualquier persona o entidad que "tenga presencia en el ciberespacio" (es decir, que tenga e-mail).

Si las personas "crecemos" al interrelacionar con nuestro entorno, ahora la navegación y comunicación a través del inmenso mar del ciberespacio trasciende los límites que otrora nos marcaba el reducido entorno físico en el que nos movemos y nos abre nuevas e infinitas posibilidades de relación y desarrollo.

Por ello, y más allá de la imprescindible "alfabetización digital" que las instituciones educativas deben proporcionar a todos los estudiantes (y ciudadanos sin distinción de edad), abogamos por el uso intensivo de Internet en las aulas, tanto para la explotación de su potencial didáctico como para dar múltiples ejemplos del aprovechamiento del ciberespacio a todos los niveles.

En este nuevo número de Comunicación y Pedagogía habrá ocasión de profundizar en estos temas con los artículos dedicados a la escuela del futuro, la pizarra digital en el aula, las comunidades virtuales que aprenden y los hipertextos, las webs docentes, las WebQuest..., sin olvidar a los ya clásicos recursos didácticos multimedia, de los que presentaremos algunas selecciones del grupo DiM y pautas para su evaluación y para la elaboración de ayudas.

Pere Marquès Graells, UAB, 2003
Editorial en la revista "Comunicación y Pedagogía" (nº 185)

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